10 Hábitos de consumo responsable que puedes implementar desde hoy

hábitos de consumo responsable

Seguramente hayas escuchado alguna vez este dicho: los humanos somos seres de hábitos. ¿Qué quiere decir esto? Que tenemos la capacidad de aprender nuevas conductas a través de la repetición hasta transformarlas en rutinas (que pueden ser positivas o nocivas). Si bien existen muchos tipos de hábitos, hoy nos centraremos en aquellos que entran en relación con el consumo. ¿Existen hábitos de consumo responsable que podamos incorporar de manera sencilla a nuestro día a día? ¡Claro! Y, de hecho, en este artículo de Luz Digital te presentaremos 10 de ellos.

¡Acompáñanos a descubrirlos!

¿Qué es el consumo responsable?

El consumo responsable es una forma de acceder a productos y servicios tomando en cuenta su impacto social y ambiental. No se trata de dejar de consumir – algo que, además, sería imposible – sino de adoptar una actitud responsable frente al consumo.

Esta actitud se verá reflejada al momento de hacer una compra, pero también en todos los ambientes que habitamos; porque, incluso cuando no estamos comprando, es probable que estemos consumiendo energía y recursos.

Para comenzar a ser consumidores responsables debemos poner atención a dos máximas: consumir menos y, cuando efectivamente consumimos, hacerlo de forma sostenible, sin comprometer el bienestar socioambiental.

Desde pequeños hemos aprendido que, a la hora de consumir, tenemos que tomar en cuenta dos factores: precio y calidad. Ahora, estamos listos abrazar nuevas prioridades que se suman a las anteriores, y que darán lugar a un tipo de consumo crítico, austero, ecológico y solidario.

Dicho esto, ¡comencemos a descubrir los hábitos de consumo responsable y sostenible que puedes empezar a incorporar desde hoy!

10 Hábitos que te convertirán en un consumidor responsable

1. Haz una lista de lo que necesitas comprar antes de ir al súper

Es normal que cuando consumimos nos invada la tentación de corrernos de los planes y comprar algo que, realmente, no necesitamos. Lo cierto, es que esto da como resultado la generación de más y más basura y acaba perjudicando gravemente al planeta.

¡No compres en modo automático! Escribe una lista con todo lo que tienes que comprar y haz el ejercicio de regresar a casa con ello.

2. Consigue que un porcentaje de tu ropa sea sostenible

La moda es una de las industrias más contaminantes a nivel mundial. Y mientras que por un lado encontramos la fast fashion, por el otro lado nos topamos con la moda sostenible: una alternativa muy especial a la hora de elegir qué vestimos y dónde compramos nuestras prendas.

La ropa de segunda mano se impone en el mundo bajo el término «thrifting», que consiste en salir a la caza de prendas de buena calidad con uso previo. Incluso podrás encontrar ropa prácticamente nueva que otros han decidido no utilizar. También puedes comprar en tiendas que confeccionan ropa con telas ecológicas o reciclables textiles.

¿Quieres más opciones? ¡Haz un makeover a las prendas que tienes hace tiempo en el closet y reacondiciónalas para que lleven tu «sello estilístico» actual. Si vas de compras, procura que la ropa sea de buena calidad y pregúntate cuántos usos podrás darle antes de su obsolencia. Cuantas más, mejor.

3. Un eco-tip clásico que solemos olvidar: lleva siempre tu bolsa de tela contigo

Las bolsas de tela son un imprescindible para los consumidores responsables. Y si bien su uso ya es bien extendido, cualquiera puede olvidar la bolsa ecológica en casa y necesitar de una nueva en la tienda. Llevarla siempre en tu mochila o bolso es una solución fácil que te sacará de apuros a ti y al planeta.

Pon en tu bolso 2 o 3 bolsas de tela (dobladas ocuparán muy poco espacio) y ya no deberás preocuparte por guardar las que utilices una vez que llegues a casa. Tienes repuestos.

4. Apaga las luces durante el día si tienes iluminación natural y enciende luces de ambiente en tus momentos de ocio nocturno

Como dijimos anteriormente, los hábitos de consumo responsable también se practican en el hogar. Para reducir el consumo energético, opta por apagar las luces durante el día y quédate con la luz solar (¿sabías que, además, tiene beneficios para el cerebro?).

Durante la noche, especialmente en los momentos en que miras televisión, lees o scrolleas en redes sociales, pon a funcionar tus luces de ambiente y disfruta de la luz tenue que ofrecen.

Importante: ¡Procura que tus luces sean LED o de bajo consumo para ahorrar más energía!

5. Consume más comida ecológica y de 0 km

Siguiendo los informes del Banco Mundial, las emisiones de CO2 originadas por el transporte representan, en México, el 35,1% del total de la quema de combustible. ¿Qué podemos hacer como consumidores responsables para impactar positivamente sobre esta cifra? Parte de la respuesta está en el consumo de comida ecológica y de 0 km.

Además de ser excelentes para nuestra salud, los alimentos orgánicos que no necesitan ser transportados por largas distancias se traducen en beneficios para el planeta y para el comercio local. Se trata de alimentos que viajan cortas distancias hasta tu cocina y que no traen consigo el peso de los residuos pesticidas que atentan contra el organismo.

¿Buscas alimentos orgánicos y de 0km en México? ¡No dejes de visitar a nuestras tiendas aliadas!

6. ¿Tienes una reunión? ¡Ve en bicicleta!

Todos llevamos un niño interior que amaba andar en bicicleta. ¿Recuerdas esa sensación? Además de ser una excelente forma de hacer ejercicio a diario, la bicicleta evita la generación de monóxido y dióxido de carbono, hidrocarburos y otras partículas que contribuye con la contaminación del aire.

Te proponemos un desafío: monta tu bicicleta la próxima vez que quieras salir a tomar aire fresco o tengas que movilizarte hacia algún sitio. Eso será muy beneficioso para ti y para el planeta.

7. Cuida hasta la última gota de agua

Uno de los hábitos responsables con los que más debemos familiarizarnos es el relacionado con el cuidado del agua: un recurso del que carecen más de mil millones de personas en el mundo.

Para cuidar el agua existen múltiples opciones, ya que es un recurso que utilizamos con frecuencia. Por ejemplo, cuando tomes una ducha, procura no desperdiciar el agua que corre mientras la temperatura se adecúa. Utiliza un balde para preservarla y úsala luego para regar tus plantas o limpiar tu hogar.

Por otro lado, cuando te cepilles los dientes o estés lavando los platos, la práctica de cerrar el grifo siempre que sea posible es imprescindible. Verás que con la repetición, este hábito formará parte de tu rutina muy pronto.

8. Utiliza menos envoltorios y deja de pagar por ellos

Es usual que los productos que consumimos generen residuos. Por lo tanto, optar por tiendas a granel – en las que puedes llevar tus propias bolsas y envases para depositar allí los alimentos – es uno de los hábitos de consumo responsable más importantes.

El consumo no termina en el uso de un producto, sino que involucra todo aquello que está asociado a él, incluyendo su envoltorio y el tratamiento que se le de a este. Si evitas los envoltorios de plástico y las bandejas descartables, no sólo estarás pagando menos, sino que también dejarás una huella de gran impacto a largo plazo.

9. Evita el «consumo fantasma»

El consumo fantasma, más conocido como el consumo de los aparatos electrónicos en «standby», supone entre el 7 y el 11% del consumo eléctrico de un hogar promedio. ¿Ejemplos de consumo fantasma? El cargador que dejamos enchufado aún cuando ya hemos desconectado el teléfono o la televisión apagada que permanece conectada a la red.

Algo que muchas veces se olvida, es que el consumo fantasma no es invisible – como los entes fantasmagóricos que habitan los cuentos de terror – sino que se manifiesta en tu factura eléctrica. Gestionando adecuadamente este recurso, estaremos disminuyendo el consumo y evitando las emisiones y vertidos derivados del proceso de generación de energía eléctrica.

10. Comercio Justo para un consumo responsable

Los productos y servicios pueden promover valores relacionados con la equidad y el cuidado del medio ambiente. En la actualidad, existen múltiples negocios que fomentan el trabajo digno y producen sus bienes con lineamientos éticos de cuidado ambiental. Es por eso que escoger sabiamente dónde compramos es fundamental para poner en acto nuestro compromiso socioambiental.

El comercio justo implica acercar al productor con el consumidor final, acortando las distancias entre ellos y eliminando las mediaciones que interfieran con el precio. Este modelo busca que las remuneraciones sean justas y que las alternativas de producción locales crezcan para favorecer el desarrollo sustentable.

¡Hemos llegado al final de nuestro artículo! Esperamos que estos hábitos de consumo responsable y sostenible te inspiren en tu día a día y que puedas implementarlos cuanto antes. Recuerda: lo que haces, cuenta.

¿Conoces otros hábitos ambientalmente responsables que quieras agregar a este listado? ¡Te esperamos en la sección de comentarios!

Deja una respuesta